¿En cuántas ocasiones nos encontramos en clínica con pacientes que ponen resistencia ante la propuesta de tratamiento que le plantea el doctor?
Las resistencias son intentos del paciente para no tener que cambiar, para no tener que hacer algo que no le apetece o que le da miedo hacer. Como la misma palabra indica, “se resiste”, por ejemplo a empezar un tratamiento, o a empezar a tener una higiene bucal apropiada.
Muchas veces el paciente desafía al profesional, lo evalúa negativamente y pone en tela de juicio su calidad y su capacidad profesional.
Por ejemplo: El doctor informa al paciente de que el tratamiento ideal es hacer una endodoncia, intentando salvar la pieza. El paciente puede resistirse y reaccionar diciendo: “¿Pero tú sabes hacer endodoncias? ¿Estás seguro de que no hay otra posibilidad? Yo estoy convencido de que tiene que haber otra alternativa”.
Un paciente puede resistirse a realizarse un tratamiento negando que haya un problema, o minimizándolo, o poniendo excusas, o mostrándose pesimista respecto a la efectividad del tratamiento.
Por ejemplo:
Todo el equipo odontológico debe tener en cuenta las posibles reacciones de los pacientes: interrumpir, no dejar acabar, ignorar, no atender, no responder, cambiar de tema… Todas estas actitudes pueden ser desesperantes, pero no deben tomarse como algo personal; tienen que ver sobre todo con el miedo y con la propia naturaleza humana, son una respuesta natural que todos podemos llegar a presentar en algún momento ante una situación desconocida, novedosa y temida.
Es fundamental no hacer suposiciones ni prejuzgar, porque es muy probable que nos equivoquemos, a pesar de nuestros largos años de experiencia. Es preferible comprobar antes que esas suposiciones son ciertas.
Debemos identificar cual es la motivación del paciente, la razón por la cual ha venido a nuestra clínica. El odontólogo planificará el tratamiento adecuado, pero se preocupará también de comunicar al paciente que ese tratamiento es fundamental por muchos motivos, pero especialmente por el motivo al que el paciente dé más importancia. Tenemos que unir la conducta odontológica a la necesidad que el paciente quiere satisfacer.
En todo momento debemos utilizar un lenguaje sencillo, escuchar activamente al paciente y ofrecerle un trato cercano. Solo de esta forma conseguiremos vencer las resistencias.
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